Literatura

miércoles, 27 de enero de 2010

21.05.09

A mi no me gustaría escribir sobre el amor, que es uno de los temas más trillados y sin embargo el que más se consume en el día. Por ejemplo, uno puede ir por la calle y al estrellarse con una iglesia, no pensar primeramente en Dios sino en una boda. Uno puede empezar su día con esa persona en la cabeza, y enojarse consigo mismo por no ocuparse de cosas más importantes. La verdad, que él este o no es irrelevante y poco crucial. Pero me hayo acá, confrontándome a esa ausencia que insiste en hacerse bastante notable todo el día, y alguna parte de la noche.

A mí no me gustaría escribir sobre el amor porque le tengo miedo. Pues he tenido que dejar de quererlo a la fuerza, casi que bruta. En este momento entiendo bastante bien el título de Efraím, en esa novela burda que lo llevo a la fama entre las masas. Relativamente es fácil de leer y es divertida e insinuante. Lo que le gusta a los lectores que consumen y no entiende sobre sensibilidad en el arte, por más absurdo que parezca lo que acabo de decir.” ¿Qué no entienden de sensibilidad en el arte? Pero si el arte es la expresión del hombre!” . Alguien con una excelente memoria podría decirme esto y enseguida declamarme una verdadera y trillada frase que alguna vez leyó, pero que no alcanzó a comprender. Esto afirmaría lo que mi mamá me dijo una vez sobre los comunicadores sociales o sobre la mayoría de la gente: “Ser intelectual nada tiene que ver con tener buena memoria.” La cultura general es una ardid para que los bueno retenedores de frases y acontecimientos tengan ínfulas de pseudo-intelectuales. Pero retomando el tema… como el titulo de Efraím, me toco a mí: “Erase una vez el amor pero tuve que matarlo”.
Tuve que matarlo…

Y lo que en este momento temo “mirar” es si verdaderamente cometí el crimen o si todo ha sido una ilusión, un paliativo para el cáncer que deja un desamor.

A veces me acuerdo voluntariamente de cosas de él, principalmente de lo que era el sexo. (En realidad debería decir: de lo que era hacer el amor con él). Hay cosas que él no sabe que duelen. O no sabe o se hace el imbécil. Me dijo hoy :“esperabas que fueras a verme”, como si fuera tan sencillo. Sobre todo tan sencillo para mi orgullo y mi dignidad. Me he visto gravemente ofendida por lo que es su indiferencia y falta de interés por cada minuto de mi tiempo. Ese ha sido uno de mis móviles para el crimen. El hecho de simplemente confórmame con un “hola” y un emoticón por MSN, me jode sobremanera, y el piensa que llevamos una buena relación.

Y hay otras cosas que aparecen como disparos al bienestar del momento. Como esa vez que fui a cine…y me puse a llorar porque era otro el que me compraba crispetas y gaseosa. O cuando escucho una canción, y siento que él me la roba, ya no es mía! Se hace ridículamente necesario dedicársela, cantársela, pensársela.

En este momento creo que no estoy enamorada. Pero insisto: fue a la fuerza…bruta. Y he llegado a un punto en la vida, en el que me he estrellado con que hay que tomar lo que la misma impone. ¿Hasta que momento, la vida deja de ser un hilo blando de facilidad y peligrosa tranquilidad sobre el corazón humano? Para muchos es insensato que haber terminado con alguien, ponga a la persona en una posición tan superior en la vida respecto a las cosas…Para muchos es solo sobre algo que se cree amor, para los que de verdad lo vivieron es el amor.

Me doy cuenta de que el futuro nunca volverá a ser como lo soñé, ni siquiera quiero pensar en cuanto tiempo ese futuro fue posible, hace cuanto nada se pudo arreglar. Pero si pienso en que llegará el día en que habremos cumplido un año, y no sé como lo tomarlo.

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